Sobre el Universo creativo de los ganadores del Premio Nacional Feria del Libro ELJ
1997-2022
I.- SOBRE EL COLECCIONISMO
¿Cuántos volúmenes de libros atesora usted en su biblioteca personal?
RESPUESTA- Alcancé a tener unos 9,500 volúmenes, con cerca de 10,250 títulos, porque había entre ellos muchas obras completas de autores en varios volúmenes.
¿Cuál es el libro más antiguo que posee, y cuándo adquirió su primer libro? ¿Cuál es el libro que definiría como su mayor tesoro, sea porque es una primera edición difícil de encontrar o por ser un libro raro?
RESPUESTA-Recuerdo un viejo y maltrecho ejemplar de “Las lanzas coloradas”, de Arturo Uslar Pietri, que adquirí en un puesto de venta ambulante en la calle El Conde, que le entregué años después al autor en Caracas, mientras lo entrevistaba para mi obra “La ira del tiranio”, que narra el complot fraguado por Trujillo para asesinar al presidente democrático venezolano Rómulo Betancourt, en junio de n1960.
Ese hecho contribuyó a poner fina la tiranía, por cuanto en agosto de ese mismo año, la OEA, reunida en San José, Costa Rica, sancionó al régimen trujillista, aislándolo de la comunidad hemisférica. Las sanciones obligaron a los países signatarios de la organización a romper vínculos diplomáticos, consulares y comerciales con el país, lo cual enloqueció al dictador. Pocos meses después, en noviembre, el asesinato de las hermanas Mirabal terminó rompiendo los últimos lazos que le unían a las élites que lo apoyaban, para morir en mayo siguiente en una emboscada en las afueras de la capital, que entonces llevaba su nombre, Ciudad Trujillo.
¿Cuál ha sido el último libro que adquirido? ¿Hubo algún motivo especial para la compra del mismo?
RESPUESTA-No recuerdo exactamente, pero uno de ellos es un texto biográfico muy voluminoso sobre un médico personal de Mao Tse Tung. Es una obra muy crítica de la personalidad del líder chino con asombrosas revelaciones de las atrocidades cometidas durante la llamada Revolución Cultural. Usualmente, cuando visito una tienda de libros no voy con un propósito particular. Me gusta sentirme en ese ambiente y ver las expresiones de los parroquianos. Casi siempre, por supuesto, salgo con una novedad en las manos.
¿Cuál es el libro que le falta por leer?
RESPUESTA-Todos.
¿Cuál es el libro de otro autor que le hubiera gustado escribir?
RESPUESTA-“¡Oh, Jerusalén” y “Esta noche la libertad”, de Dominique Lapierre y Larry Collins, el primero sobre el nacimiento del moderno estado israelí y el segundo sobre la partición de la India, que es , además, una versión biográfica muy documentada sobre Mathama Gandhi. Y, por supuesto, “Guerra y paz”, de León Tolstoy, una de las obras más importantes de la literatura universal.
¿Algún consejo dado a usted por otro autor? Puede hablarnos de algunas correcciones manuscritas realizadas por usted, a un libro de su autoría o de otro autor. Algún libro subrayado y anotado por usted que volvería a releer. Algún olor predilecto a tinta o no, que se desprende de las páginas de los libros que es de su agrado.
RESPUESTA-Frank Moya Pons, uno de los intelectuales, académicos e historiadores, más trascendente de las últimas décadas en nuestro país, me dijo un día que hay que reposar los libros una vez escritos. Es un sabio consejo, que no siempre observo y que he pagado con creces, porque mientras trabajo en una obra la angustia me domina y llega un trágico momento en que necesito ver el fruto. Me gustaría traspasar ese sano consejo a los nóveles escritores. Deben dejar descansar sus obras antes de hacerlas públicas. Así dispondrán de más tiempo para corregirlas en la frialdad que proporciona el reposo.
Mi información como periodista me hizo comprender la importancia de darle a otros la lectura y corrección de los originales, porque usualmente es difícil en el calor de la creación ver las fallas y errores ortográficos y de otra índole, Eso es lo que hacíamos diariamente por años en la redacción.
Sobre el rayado de libros, para tener acceso rápido a cierta información o pasaje de alguna obra leída, era una práctica muy común en tiempos de universidad y acostumbraba a hacerlo. Pero luego entendí que no debíamos culpar al libro de nuestra débil memoria. También se suele doblar las páginas para marcarlas, pero es una manera de herir una obra de arte como es un buen libro.
¿Desde cuándo tiene tendencia, o, pasión al coleccionismo de libros, manuscritos, etc.?
RESPUESTA-Desde que entendí la importancia del libro para mejorar el nivel cultural, sea el propio como el de la sociedad. Los pueblos que pierden la pasión y el hábito de la lectura, como parece ser el nuestro, nunca se liberan de las más fuertes de los lazos que lo encadenan: la ignorancia.
¿Cuántas primeras ediciones de sus autores favoritos usted tiene en su biblioteca personal?
RESPUESTA-No puedo precisarle, por dos razones. Primero porque si bien aprecio el valor bibliográfico de una primera edición nunca fue una prioridad personal y, segundo, porque me vi precisado a prescindir de ella, hace ya una década. Solo me he quedado con aquellos que son útiles a mi trabajo de investigación de nuestra historia reciente, que es mi pasión favorita.
II. SOBRE SUS MEMORIAS
¿Sus memorias o autobiografía: las ha escrito o ya ha decidido escribirlas?
RESPUESTA-En algunas de mis obras hay referencias a mi vida y labor profesional, pero no creo que pueda llamarse a eso un trabajo bibliográfico. Y en muchas de ellas hay relatos extensos sobre momentos estelares de la vida de muchos de los protagonistas de nuestra historia reciente, como Joaquín Balaguer, Antonio Guzmán, Juan Bosch, Salvador Jorge Blanco, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y, por supuesto, Trujillo.
¿Tiene usted algún fetiche (libro inspirador u objeto de buena suerte) al cual acude antes de escribir o cuando va a emprender algún viaje? ¿Viaja usted con algún objeto imprescindible, que le acompaña a todos los lugares?
RESPUESTA-Por lo regular incluyo un libro en el equipaje, que siempre será un buen compañero de viaje. Y al escribir, cuando logró tomar el tema por el cuello, en una buena música, sea el fragmento de una ópera o de una sinfonía, encuentro ahí un buen antídoto contra la angustia.
¿Cuál es la fotografía sobre la historia de su vida que más ama o le trae alguna reminiscencia o añoranza inolvidable (personal o familiar)?
RESPUESTA-Las fotografías familiares, no importa la ocasión. Todas representan para mí la realización de mi vida, porque es mi familia la que le ha dado sentido y en momentos difíciles es lo que nos hace olvidar la triste desventura de haber nacido.
¿A quién reconoce o atribuye usted ser su maestro o maestra literario?
RESPUESTA-Dumas, Hugo, Dostoiesky, Faulkner, quizás, y los que ya he mencionado, entre muchos otros, por supuesto.
¿Cuál es la Carta más importante que usted considera ha recibido?
RESPUESTA-No puedo precisarlo. Tal vez aquella en que Balaguer comentó mi obra “Enero de 1962. El despertar dominicano”, que narra lo que en ese momento parecía el final de su carrera política, y que yo usé, con su autorización, como prólogo de una segunda edición.
¿Cuál es la Carta más importante que usted ha remitido (personal o no)? ¿Le agrada, aún, escribir cartas o solo hace epistolario virtual a través de correos electrónicos?
RESPEUSTA-Cuando Esther y yo dejamos a Lara en la universidad en Estados Unidos, le escribí por unos seis meses una carta diaria. Era lo primera que hacía en el día. Ella atesora algunas de ellas físicamente, Todas en el corazón.
III. SOBRE EL PROCESO DE LA ESCRITURA.
¿Cuáles autores han ejercido una influencia significativa en su obra y en su carrera?
RESPUESTA-León Uris, además de los que ya les he mencionado.
¿Puede relatarnos cómo fue la génesis o el proceso de escritura/gestación del libro con el cual usted resultado ganador/a del Premio ELJ? ¿Una investigación, escritura por largos meses, plan para su desarrollo? ¿Dónde la escribió? ¿Tiene algún de recogimiento al cual es habitué o se aparte del mundanal ruido para escribir?
RESPUESTA-Fue el fruto de una inspiración. Un flechazo, tal vez. Acababa de terminar una zaga sobre Trujillo que incluía seis libros y un séptimo sobre el golpe que derrocó a Bosch y me inquietaba la posibilidad de quedar atrapado en una improductiva sequía. Revisando mis archivos una noche encontré el texto de una conferencia mía sobre el proceso electoral de 1978 y me dije: “Lo tengo”. Yo viví esos difíciles momentos desde un asiento de primera como corresponsal de una agencia internacional de noticias y mi posición ejecutiva de la redacción de El Caribe por donde pasaban por mis manos las crónicas de todo el acontecer nacional e internacional. Al día siguiente me dedique a ordenar los papeles. No fue tarea difícil ni mucho menos ingrata y no me detuve hasta que lo tuve listo. Esa es la historia de ”Al bordel del caos”. El título encajaba con el texto, porque el país estuvo a un pellizco de caer en un vacío institucional y quién sabe si en otra sangriento conflicto civil. La inteligencia de los actores políticos, Balaguer, Antonio Guzmán y muchos otros, impidió que cayéramos en ese insondable vacío en el que llegamos estar al borde.
¿Puede describirnos su gabinete de trabajo/Habitación propia, el ambiente que hace propicio para escribir/leer. ¿Alguna escultura, obra visual, pintura, fotografía imprescindible en ese espacio suyo?
RESPUESTA-No tengo ambiente predilecto. Cuando tengo la inspiración y atrapo el tema con el puño para que no se me escape, lo demás viene a seguidas. Confieso que mis otras obligaciones me obligaban a usar las horas normales de asueto para escribir, a veces en la mesa de comedor o en un improvisado escritorio. Como otros muchos de mis libros “Al borde del caos”, tuvo que redactarse a maquinilla, reescribir las correcciones, ordenarlas para después llevarlas a la imprenta donde se digitaba de nuevo. Eso hacía mucho más lento el proceso de revisión y corrección. Pero se disfrutaba mucho más el proceso.
¿Cuál es el punto geográfico que más le atrae, y al cual volvería?
RESPUESTA-Si estoy con mi familia, cualquier lugar me resulta encantador. Admito que no soy bueno como turista.
Tiene, para el CUESTIONARIO «EDUARDO LEÓN JIMENES» alguna anécdota o historia inédita de su vida que contar.
RESPUESTA-Cuando vi por primera vez a mi esposa en la universidad, con la que llevo casado 55 años, que se cumplirán el 11 de julio, supe que había encontrado un propósito en la vida. Hija de un pastor, vestía un traje que le cubría hasta los tobillos y sus lentes de vidrios gruesos no bastaban para ocultar el brillo de sus ojos. Me rechazó al inicio pero al final me aceptó. Con ella entendí la importancia de luchar por algo de valor en la vida.
Profesionalmente, ya lo he dicho en otras oportunidades. En los inicios de mi carrera como columnista, siendo muy joven, durante el gobierno de Jorge Blanco, escribí una columna sobre el asesinato de Héctor Méndez, dueño de una casa de cambio. El sábado, cuando leí el periódico no estaba mi escrito. El Caribe había dejado de publicarse los domingos y ese día, en la reunión de ejecutivos para diseñar el contenido del lunes siguiente, no se hizo mención de mi columna. Cuando se disponía salir del periódico, Ornes me llamó a su despacho y me entrego mi texto. No tenía ninguna corrección diciéndome que la llevara al taller para imprimirla. A mis espaldas oí su voz cuando me dijo: “Pero léela de nuevo”. Entendí su mensaje. Corrí a mi escritorio y redacté raídamente otro escrito rompiendo el anterior. Me apresuré a entregarle el nuevo texto a Ornes mientras bajaba las escaleras. Tomó el bolígrafo del bolsillo interior de su saco y lo autorizó. Le dije: “Doctor, usted no lo leyó”. Su respuesta fue: “Si rompiste el otro, no tengo necesidad de leer este”. Fue una enorme lección que todavía muchos años después sigue normando mi carrera como periodista y escritor, porque me enseño plenamente la importancia del sentido de responsabilidad, porque una sola palabra puede dañar la reputación de terceros e incluso hundir a una nación. Por eso, en 60 años de ejercicio periodístico y en todo mi historial como escritor, nadie me ha censurado ni amenazado con someterme por difamación o injuria.
Tiene algún acertijo de la escritura que descifrar? ¿Alguna técnica enseñada por algún otro autor/maestro a usted?
RESPUESTA-La única técnica que conozco y domino es la de la escritura directa, sin adornos y adjetivos que dañen la claridad y atrapen al lector. La aprendí en el periodismo y en la lectura diaria de buenos autores.
¿Cuáles son las claves secretas de su escritura?
RESPUESTA-Tratar de hacer que el lector continúe leyendo.
¿A cuáles hora del día, la mañana, la noche o la madrugada gusta usted de escribir? ¿Alguna música inspiradora al momento de escribir?
RESPUESTA-Los textos de periodismo normalmente en el día, en la oficina. Los de un libro, de noche, con la complicidad de las horas que anuncian la pronta llegada de un nuevo amanecer.