Marcio Veloz Maggiolo

Trujillo, Villa Francisca y otros fantasmas

Trujillo, Villa Francisca y otros fantasmas

Reseña de la obra

En la novela Trujillo, Villa Francisca y otros fantasmas Marcio Veloz Maggiolo se reconcilió con sus personajes, con las épocas y el color local de la ciudad capital, con los fantasmas que vertiginosamente huyeron para reflejarse en la imaginación o refugiarse en el subconsciente de los otros, más allá de cualquier temática fundamental de su obra, de la figura del dictador Trujillo, o, bien las reminiscencias de su niñez y adolescencia. Son características indiscutibles de su escritura: su visión lúcida, valorativa y polémica; su inteligencia múltiple y penetrante; su singular estilo de inventiva; su preocupación formal por apresar los rasgos psicológicos del sentir criollo y popular; su intervención como personaje-tesis en los textos; la coexistencia de la intensidad emocional con la autenticidad íntima, entre otros aspectos. Sin lugar a dudas, el autor estuvo enamorado del embrujamiento onírico del Santo Domingo de ayer, del barrio de su infancia. Villa Francisca es el lugar que persistentemente se advierte en esta narrativa que recrea con un tono, a veces, confidencial, autobiográfico y de lirismo enfático descriptivo.

1936-2021

 Escritor, narrador, investigador, antropólogo, arqueólogo, ensayista, poeta y crítico literario. Autor de una extensa y memorable bibliografía, es sin lugar a dudas, uno de los más prolíferos intelectuales del siglo XX de la República Dominicana, que se forjó y se formó en la Universidad de Santo Domingo en Filosofía y Letras en 1962, obteniendo su doctorado en Historia de América en la Universidad de Madrid (1970). Fue Embajador de la República Dominicana en México, Perú y Roma. En la administración pública ejerció diversos cargos, entre ellos, subsecretario de Estado de Cultura, Director del Museo del Hombre Dominicano y del Museo de las Casas Reales. Obtuvo en siete ocasiones los Premios Anuales de Literatura en los renglones de poesía, novela, cuento e infantil. 

Sin dudas, es un clásico de la literatura dominicana. Sus novelas El buen ladrón (1960), Los ángeles de huesos (1967) y Materia prima (1988) han merecido el reconocimiento internacional. Fascinan por el tema, el ritmo y las imágenes estallantes de la realidad proyectada con dimensión histórica, legendaria y mítica, ante la suerte del delirio colectivo que penetra en el mundo orgánicamente cultural del ambiente citadino. Después de Pedro Henríquez Ureña y Juan Bosch, Veloz Maggiolo es una de las figuras más cumbre de las letras nacionales y, por ende, de la creación humanística. En 1996 mereció el Premio Nacional de Literatura a la obra de toda una vida. Su fértil obra lo hace merecedor de un sitial irrepetible en la historia de la literatura latinoamericana. Con una trayectoria de gran vitalidad, desarrolló una carrera fecunda de invaluables aportes al pensamiento. Aun cuando fue a finales de la década del 50 que se encontró con la literatura y, se inicia como poeta, quince textos de narrativa publicados de 1960 a 1993 constituyen sólo una parte de su extensa bibliografía que evidencia la versatilidad, infinita e ilimitada posibilidad discursiva de un escritor por excelencia, experimental, novísimo, cosmopolita, y con certeza a la altura de William Faulkner. Fue el primer ganador del Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes en 1997 con su libro Trujillo, Villa Francisca y otros fantasmas.

Marcio Veloz Maggiolo

La historia de un barrio es la historia de la humanidad. Y creo que en las pequeñas actitudes se resumen las grandes. Toda acción mínima es el núcleo de lo que podría ser una gran acción. Todo liderazgo en ciernes es un liderazgo universal.

Fotografías

Proceden de Archivo personal del autor, Editorial Letra Gráfica y OGM cedidas para el 25º Aniversario Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes.